Túnel Verde, Metroplús, Construcción de Ciudadanía, Política

Hace muchos días no escribo en mi blog. Descuido, pero también que la red Twitter me enganchó y escribo más en pocos caracteres que en columnas. O también: más que escribir a mi lo que me gusta es leer: se lee a otros, no a uno mismo, y eso siempre será una ganancia. Hoy vuelvo a colgar unas notas en el blog para esos 4 asuntos del título.

El túnel verde son 2 kilómetros de un bosque urbano en una de las avenidas norte sur en Envigado y Medellín, que está siendo talado parcialmente para construir un nuevo tramo de Metroplús, que es un sistema de buses articulados que circulan por carril exclusivo. Hace unas semanas inició una protesta en redes sociales, especialmente en Twitter, y hace 15 días esa protesta se volvió física, con 2 marchas numerosas (22 y 29 de junio), extrañas en un contexto de ciudad (y de ciudadanía) nada propenso a las manifestaciones públicas y, menos, a las reacciones contra proyectos públicos.

No soy optimista: creo que Metroplús y la Alcaldía de Envigado continuarán con el proyecto tal cual está definido y que no se salvará el túnel verde, un patrimonio paisajístico y ambiental. Sin embargo, ya quienes protestamos –especialmente esa buena cantidad de jóvenes que acampan al lado de los árboles desde hace 2 semanas- podemos mostrar varios resultados: de casi 300 árboles que inicialmente se iban a talar en los primeros 900 metros del túnel verde, se pasó a 132 (y se pregunta uno: ¿por qué la protesta logró eso? ¿no estaba la tala definida desde un inicio por estudios técnicos?); de la reposición de 3 árboles por cada árbol talado se pasó a 15, así que en vez de 500 árboles nuevos se plantarán 2.000 (¿y por qué antes no se había pensando en ello?); de árboles nuevos de 2 metros en promedio se pasará a árboles nuevos, esos 2.000, de 3 y 4 metros (¿cumplirán?). Y del silencio ciudadano durante años –el proyecto se aprobó hace más de 6- se pasó a una importante movilización ciudadana, con casi 20 mil firmas físicas y más de 15 mil firmas virtuales, mas gente en la calle, mas amplia cobertura de medios de comunicación, y que seguramente irá más allá de este caso puntual.

Pero el debate no es solo por árboles: el debate principal es por las características del proyecto. Este nuevo tramo de Metroplús, que parece no tener reversa, es cuestionado desde muchos lugares por construirse de manera paralela (sur norte) y muy cercana a la línea principal del metro de Medellín (a máximo 400 metros, en el peor de los casos). Dicen quienes saben que los sistemas complementarios al metro deben ir en forma perpendicular y no paralela. El ejemplo ya lo tenemos en Medellín, con los metrocables, con el tranvía en construcción y con el propio Metroplús en su primera línea, pues la mayor parte de su recorrido lo hace perpendicularmente al metro, aportándole pasajeros y no quitándoselos.

También se cuestiona en el actual trazado que la obra no contemple la construcción de ciclo rutas en la Avenida El Poblado, y una evidencia de que no se piensa en las bicicletas es otro de los logros de la movilización ciudadana reciente pues Metroplús aceptó construir una estación para bicicletas… que debería ser no un triunfo coyuntural sino una pauta para todo el sistema de transporte masivo de Medellín.

Lo paradójico de este caso es que la construcción de ciudadanía se esté dando por reacción y oposición y no por sensibilización, motivación y participación motivada desde lo público. La tarea y reto de lo público –Alcaldía de Envigado, Concejo de Envigado, Metroplús, Alcaldía de Medellín, Concejo de Medellín- debería ser, en todo proyecto físico y social, la construcción de ciudadanía: la definición de mejores y mayores formas de participación social, el mejoramiento de las herramientas para una participación efectiva, la participación como esencia y no como método, el respeto por la participación (para algunas entidades públicas, la participación se reduce a una validación de lo que dicen, de lo que hacen, y todo lo que vaya en contra se asume como enfrentamiento). En una sociedad como la colombiana, se necesita construir más espacios de confrontación para superar los enfrentamientos: confrontación de ideas, de lógicas, de puntos de vista, de propuestas. Todo acuerdo es una cesión de ambas partes. El mejor acuerdo no es el que deja a alguien muy contento sino a las partes un poquitico bravas… pues han tenido que ceder ante la otra.

Y termino esta nota con la política. En facebook y en twitter algunas personas critican que yo haga parte de esta manifestación ciudadana, incluso se preguntan por qué he participado en las dos marchas realizadas. Y hasta se han atrevido a cuestionar a quienes han creado el Campamento Verde (@TúnelVerdeEnv) porque yo participo de estas actividades. Y, para esa crítica, dicen que estoy haciendo política y que nada dije sobre Metroplús cuando estuve en la Alcaldía de Medellín.

Trabajé 6 años en la Alcaldía de Medellín, de septiembre de 2004 a julio de 2010. Intenté ser candidato a la alcaldía, por el Partido Verde, y no lo logré. En este blog escribí bastante sobre eso. Me retiré del Partido Verde hace 2 años, el 21 de julio de 2011. También acá está escrito por qué. Y desde entonces me dedico a dar conferencias y a hacer consultorías en gestión pública, en cultura, en procesos sociales. Mi trabajo está casi todo por fuera del país. Vivo en Envigado desde diciembre de 2004. Y hago parte desde 2012 de un grupo de vecinos y vecinas que defendemos lo público en las Lomas de Cumbres y El Esmeraldal. Me sumé a la defensa del túnel verde por convicción y por derecho. Creo que se equivocan la Alcaldía de Envigado y Metroplús en el trazado del proyecto y en su relación con la comunidad. Y serán, ambas entidades y sus actuales dirigentes, responsables de las consecuencias urbanas, de movilidad, paisajísticas y ambientales. Veo el resultado de los tramos ya construidos de Metroplús, en Medellín y en Sabaneta, y creo que los errores son múltiples.

Y me encanta que esta “pequeña primavera envigadeña” se haya dado, porque es una manifestación de conciencia ciudadana, de reacción frente a una obra que no se comparte, de protesta pacífica (así Metroplús y la Alcaldía de Envigado respondan con el ESMAD). Un ejemplo concreto y esperanzador de construcción ciudadana. Y construir ciudadanía es un hecho político, profundamente político. Este país cambiará realmente cuando la ciudadanía haga de la política un ejercicio cotidiano, colectivo, para enfrentar a quienes han hecho de la política un ejercicio privado, de provecho personal.

Y cierro: defender el túnel verde y proponer un sistema de transporte masivo más racional, que es lo que ha hecho la comunidad de Envigado, es un hecho político tremendo pues se está defendiendo lo público. Que es, ni más ni menos, lo que se esperaría también de la Alcaldía de Envigado y de Metroplús y de la Alcaldía de Medellín y de los Concejos de ambas ciudades: una defensa de lo público.

Jorge Melguizo

2 comentarios

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2 Respuestas a “Túnel Verde, Metroplús, Construcción de Ciudadanía, Política

  1. William Mejía

    me gusta su escrito y deseo profundamente que se aproveche esta oportunidad no sólo para defender el túnel verde del cual siempre he estado enamorado, además la construcción de un verdadero sistema de transporte que sirva desde los barrios, racional, integrado tarifariamente, porque como veo las cosas lo que cambiará con el proyecto actual es muy poco.
    estoy en eso y requiero ayuda

    muchas gracias
    William Mejía
    @wmejia4

  2. Hola, creo que hay que reconsiderar, como dice, la forma en que se construye ese tejido ciudadano, personalmente, creo que no basta protestar por protestar, estoy de acuerdo con que el trazado debió pensarse perpendicular y no paralelo, pero aún paralelo, que corra por otra vía (cercana al metro, pero diferente) permite también acercar pasajeros.

    Sin duda el transporte masivo y medios más limpios (como las bicicletas) son la opción, no me explico como gente protestando ni siquiera se bajó del carro para hacerlo, como he compartido en mi cuenta en twitter.

    Ahora, desde lo biológico, ya compartí varios argumentos acá: http://t.co/sAfYRmmgpZ podría añadirle algo, y es que si los árboles que el metroplús reponga si sean de diversas especies, lo que tendría la ciudad no sería una pérdida sino una ganancia. Ahora, por razones que explico en mi escrito, creo que los árboles en la ciudad, aunque son importantes, están en cierto modo condenados a problemas fitopatológicos, tanto los químicos contaminantes como la capa de smog que se establece en muchos de éstos, disminuyendo su tasa fotosintética, además de otros factores que someten a estos árboles (aunque el ciudadano promedio no lo note) a estrés.

    Ojalá que de la misma manera que se defienden estos árboles, se haga buena veeduría ciudadana de el cinturón verde, el cual es una excelente idea tanto para sembrar más árboles como para evitar la expansión geográfica de la ciudad, que causa más deforestación y daño de la biodiversidad actual.

    Saludos.

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